En la industria alimentaria, la calidad del agua es un factor determinante para los procesos de producción, la inocuidad del producto y el cumplimiento normativo. Uno de los tratamientos más estratégicos es la desmineralización del agua, que elimina casi todas las sales disueltas obteniendo agua de alta pureza. Este artículo presenta sus beneficios, tecnologías clave y aplicaciones en el sector alimenticio.
La desmineralización remueve iones minerales como calcio, sodio, cloruros y sulfatos, mediante tecnologías como intercambio iónico, ósmosis inversa o electrodesionización. El agua resultante posee una conductividad muy baja, ideal para procesos sensibles.
Entre sus principales beneficios se encuentran:
– Inocuidad del producto: garantiza una calidad ideal requerida en la producción, que no altera la formulación de los alimentos
– Protección de equipos: evita incrustaciones y corrosión en calderas, evaporadores y tuberías, reduciendo mantenimientos.
– Eficiencia energética: mejora el rendimiento térmico en procesos con vapor o calor.
– Cumplimiento normativo: asegura estándares de pureza requeridos por regulaciones alimentarias.
Las tecnologías más comunes incluyen:
– Intercambio iónico: utiliza resinas para intercambiar iones no deseados
– Ósmosis inversa: membranas que retienen sales y microorganismos
– Electrodesionización: combina membranas y corriente eléctrica para obtener el agua con la mayor pureza.
Aplicaciones prácticas en alimentos y bebidas
– Producción de bebidas: evita interferencias en sabor, color y estabilidad.
– Limpieza de equipos: mejora la higiene y reduce uso de detergentes.
– Agua para vapor: evita incrustaciones en calderas, optimizando eficiencia.
La desmineralización es una solución para garantizar procesos más seguros y eficientes en la industria alimentaria. En SYPYSA diseñamos e implementamos sistemas de tratamiento a la medida de cada operación.