Entre dos mil y tres mil millones de personas sufren la escasez de agua en el mundo, dicha escasez se agravará con el paso del tiempo, especialmente en las ciudades ya que el agua es escasa y las fuentes están lejos de las ciudades. La escasez actual del agua es resultado de acciones de cientos de años de decisiones que son afectadas por el cambio climático y la realidad de México es alarmante ya que no hay acceso igualitario a este recurso líquido y el acceso que se tiene es de mala calidad, se estima que para 2030 la disponibilidad de agua en México va a descender debajo de los tres mil metros cúbicos por habitante al año, las regiones del centro y norte del país han vivido escasez de agua debido al aumento de las sequías. México es un país vulnerable a sequías con 52% de su territorio ubicado en clima árido o semiárido.

En los últimos años, nuestro país ha pasado por una sequía extrema que ha sido peor en algunos estados, siendo uno de ellos Nuevo León, especialmente en su capital, la ciudad de Monterrey donde llegaron a 75 días sin tener agua, esta escasez ha llevado a los ciudadanos a manifestarse convocando protestas y haciendo bloqueos para exigir más agua. La Ciudad de México también ha tenido una disminución en el suministro de agua que se destina al consumo humano, tan solo entre los años 1996 y 2021 el suministro diario por habitante pasó de 570.5 a 308 litros diarios, esto debido a la poca disponibilidad de agua resultante de las sequías, el aumento en la demanda poblacional y la presente ausencia de lluvias, un claro ejemplo es el Sistema Cutzamala en el estado de México, el cual se encarga de abastecer una cuarta parte del Valle de México  y cada vez baja más la capacidad de las presas que lo conforman, en abril del 2024 se cumplieron siete meses consecutivos teniendo pérdidas al registrar 6.56 millones de metros cúbicos de agua contando con un almacenamiento del 31.6% que es igual a 247.13 millones de metros cúbicos de agua, este ha sido el nivel más bajo de la historia para estas fechas poniendo en riesgo al Sistema Cutzamala de llegar al Día Cero, fenómeno que sucede cuando el volumen de almacenamiento llega al mínimo de operación, según la CONAGUA (Comisión Nacional del Agua) esto podría ocurrir el 26 de junio de 2024.

El agua desempeña un papel vital en la salud pública, el crecimiento económico y la sostenibilidad del medio ambiente, pero solo alrededor del 0.01% del agua de la tierra es potable, cantidad que se reduce año tras año como consecuencia de la contaminación. El agua también puede ayudar a propiciar la paz entre comunidades y países cuando cooperan entre ellos con temas relacionados a este recurso tan indispensable, sin embargo, también puede aumentar tensiones y problemáticas cuando existe escasez, contaminación o cuando hay acceso desigual al agua.

Económicamente, la sequía a nivel mundial puede elevar la inflación, porque la sequía lleva a la escasez de productos en el campo donde las cosechas han tenido disminución; puede haber también pérdida de producción agrícola, pecuaria, forestal y pesquera, recesión en tasas de crecimiento económico, aumentos en la demanda de energía, baja calidad en industrias, actividades asociadas o aquellas que son dependientes del agua llevando así al desempleo, tensión de créditos, actividad bancaria con menor flujo de activos, disminución de ingresos e incrementos en los impuestos.

Hablando de efectos ambientales dados por la sequía se encuentran los daños a los diversos ecosistemas, erosión y pérdida de suelos; mala calidad del agua y aire y la degradación de los paisajes. Por otro lado, como se mencionó anteriormente también existen los impactos sociales como consecuencia de las sequías y en estos se encuentran la escasez de alimentos en cantidad pero también en calidad, problemas de salud y un aumento de enfermedades en sectores vulnerables, conflictos entre ciudadanos y sectores del agua, desigualdad en el impacto por no tener agua, baja calidad de vida y un posible incremento en la pobreza, inestabilidad social, marginación y migración hacia áreas donde haya menos sequía.

El llamado “Día Cero” es el que llegará cuando el suministro libre de agua termine y el acceso comience a ser racionado, no podremos suministrar o abastecer la cantidad de agua necesitada. En México tenemos dos retos relacionados al agua, el primero es la disponibilidad y la cantidad, que van relacionados con la forma de distribución del agua; y el segundo se trata de la calidad que se relaciona con los diferentes usos que hacemos de ella tales como el uso personal, la agricultura, la ganadería, entre otras. El agua y su calidad debe cumplir con ciertas normas, parámetros y criterios de contenidos máximos o mínimos de algunos compuestos que han sido establecidos por la ley, esto es lo que define que la calidad sea suficiente buena o mala para uso o consumo humanos.

Medidas que han sido propuestas para retrasar el Día Cero han sido planificar el uso y distribución del agua con visión al futuro considerando el crecimiento poblacional y el cambio climático, reducir el consumo innecesario de agua con medidores inteligentes y tarifas diferenciadas, la diversificación de fuentes de abastecimiento como el reúso de aguas residuales tratadas, invertir en la actualización de las redes de distribución, proteger ecosistemas hídricos como cuencas, acuíferos y humedales y fomentar el desarrollo de nuevas tecnologías para la gestión eficiente del agua.

Así que, después de leer esto y probablemente alguna vez haber experimentado la escasez de agua, ¿crees que estamos preparados para el Día Cero? ¿Crees que hacemos todo lo indispensable para evitar el desastre? ¿Estamos tomando las medidas necesarias para mejorar la situación de nuestro país? ¿Ya le dijiste adiós al agua?

En Sypysa, preocupados por la situación actual del agua, queremos hacer lo posible por llevar a cabo acciones que ayuden a cuidar el agua por esto trabajamos con empresas para el desarrollo de proyectos para soluciones de tratamiento, recuperación y ahorro de agua para mejorar las condiciones ambientales.